terça-feira, 29 de junho de 2010

Novo Projeto Evangelístico

Durante alguns meses a Rosa e eu temos nos reunido periodicamente com alguns líderes evangélicos da região de Torrelodones e cidades vizinhas para orar juntos e conversar sobre novas oportunidades de evangelizar o povo espanhol nesta àrea de Madrid. Hoje, com a graça de Deus, decidimos organizar juntos uma programação musical evangelística aqui em Torrelodones. Ainda não temos data nem programação definida, mas é motivo para que, desde já, todos os irmãos nos acompanhem passo a passo. Contamos com as orações de todos!

segunda-feira, 28 de junho de 2010

¡Esperar Pacientemente!

“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad como espera el agricultor a que su tierra dé su precioso fruto y con qué paciencia aguarda la temporada de lluvia. Así también vosotros, manteneos firmes y aguardad con paciencia la venida del Señor, que ya se acerca.” - St 5.7-8

En los versos 7-12 Santiago trata de distintas dimensiones del tema de la paciencia en la vida cristiana. Con total certeza es un tema de mucha pertinencia para nosotros hoy día, simplemente por vivir en una época en que la paciencia no está vista como una virtud que hay que cultivar; antes, vivimos en un momento en que las personas quieren satisfacer a sus egos de inmediato y a toda costa. Así, nos proponemos a ver, paso a paso, las dimensiones de la paciencia para la vida cristiana según las palabras de Santiago.
En el texto de hoy (5.7-8) el autor trata de presentarnos el fundamento más esencial para la paciencia: la venida de Cristo. Como cristianos sabemos que Cristo volverá, conforme su propia promesa – Mt 24.29-31, para el encuentro definitivo con su iglesia, para el juicio final y para establecer el destino eterno de todos los seres humanos. Pero como no sabemos cuándo se dará su venida, no hay otra alternativa que desarrollar la práctica de la paciencia y de la espera. Esperar pacientemente, por tanto, es parte fundamental de la vida cristiana cotidiana y de su espiritualidad.
El ejemplo del agricultor que, en aquel entonces en una región de mucha sequía, no tenía otro remedio que aguardar con paciencia por las lluvias para que así pudiera dar de comer a su familia, demuestra claramente la importancia de que la paciencia cristiana está muy bien fundamentada en la esperanza de la venida de Cristo. Si no nutrimos con paciencia nuestra espera por la vuelta de Cristo, ¿cómo sabremos esperar por las cosas que nos están más cercas?
Al no aprender a esperar pacientemente por la acción de Dios, la espera ansiosa y corrosiva que muchas veces nutrimos en relación a todas las cosas que nos rodean y nos son de importancia se transforma en un gran peligro para la paciencia sana que deposita sus expectativas en las seguras manos de Cristo. La medida, por tanto, para todas nuestras esperas personales cuanto a cuestiones de familia, trabajo, salud y otras es la paciencia con que aguardamos el retorno de Jesucristo que se acerca cada día más. ¡Que Dios nos guie cada día y nos ayude a esperar con paciencia por su obra!

segunda-feira, 21 de junho de 2010

Forum de Missiologia



Desde o ano de 2006 um grupo de teólogos, missiólogos e pastores que trabalham na Espanha formaram o "Forum de Missiologia" com o objetivo de fomentar e fermentar a teologia de missão nas igrejas espanholas, participar na formação missiológica dos seminaristas e auxiliar a novos missionários estrangeiros que chegam aqui para evangelizar o povo espanhol. Sou muito grato a Deus por haver sido convidado para fazer parte desse projeto e poder contribuir um pouco mais com o crescimento da obra evangélica na Espanha. Já temos programados dois congressos missionários para 2011. Nas fotos a reunião do Forum na semana passada.

La Vida Cristiana y el Acumulo de Bienes

“Ahora escuchad, vosotros los ricos: ¡llorad a gritos por las calamidades que se os vienen encima! Se ha podrido vuestra riqueza, y vuestras ropas están comidas por la polilla. Se han oxidado vuestro oro y vuestra plata. Ese óxido dará testimonio contra vosotros y consumirá como fuego vuestros cuerpos. Habéis amontonado riquezas, ¡y eso que estamos en los últimos tiempos! Oíd como clama contra vosotros el salario no pagado a los obreros que trabajaron vuestros campos. El clamor de esos trabajadores ha llegado a oídos del Señor Todopoderoso. Vosotros habéis llevado en este mundo una vida de lujo y de placer desenfrenado. Lo que habéis hecho es engordar para el día de la matanza. Habéis condenado y matado al justo sin que él os ofreciera resistencia” - St 5.1-6

Duro es este discurso de Santiago, tanto para sus primeros lectores como para nosotros hoy. Se trata de describir, incluso de forma poética, las consecuencias de ponerse el corazón y la confianza en las riquezas materiales. Santiago nos habla de dos clamores básicos contra los ricos:

a) El clamor contra creerse uno que las riquezas son infinitas y que nos traen una total seguridad. Cuanto a eso el autor es muy claro: la riqueza se pudre, las ropas son comidas por las polillas, el oro y la plata se oxidan. Eso describe de forma muy intensa y directa el corazón oxidado y podrido de los que buscan en las riquezas su propio dios, sin poner la debida atención a que “estamos en los últimos tiempos”, o sea, a que es ahora el tiempo en que debemos buscar a Dios en arrepentimiento y poner sobre él toda nuestra esperanza, confianza, fe y amor.

b) El clamor contra la forma injusta en que uno acumula sus bienes. El salario no pagado, o pagado con injusticia, de los obreros que trabajan para nosotros (directa o indirectamente), los daños injustos que se los imponemos y el desenfreno y lujuria con la que vivimos, llega siempre a los oídos del Todopoderoso. Aun que seamos muy religiosos, ciertamente esa situación será considerada en el juicio final como un testimonio en contra de nosotros mismos.

El mensaje del texto es muy pertinente para nuestros días, cuando la búsqueda desenfrenada por dinero y bienes parece haber alcanzado niveles estratosféricos. Son días en que la ética cristiana solo sirve como adorno y cosmético, sin que tenga efecto alguno sobre la forma como llevamos nuestros negocios y nos relacionamos con los bienes, las personas y el consumo. Es como si fuéramos dinero… y solo pensáramos en los bienes que deseamos… como si oliéramos a dinero las 24 H… aunque no lo poseamos. O sea, no es tanto el tener muchas riquezas, más bien el desearlas apasionada y religiosamente y hacer lo que sea para tenerlas y por fin ser controlados por sus demandas.

Es hora de revisar nuestros valores cristianos y principios éticos. Es hora de testificar el verdadero evangelio con nuestras vidas y decisiones a este “mundo-dinero” en el que vivimos.

quinta-feira, 10 de junho de 2010

¿Qué es Nuestra Vida?

“Ahora escuchad esto, vosotros que decís: ‘Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero’. ¡Y eso que ni siquiera sabéis qué sucederá mañana! ¿Qué es vuestra vida? Sois como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece. Más bien, deberíais decir: ‘Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello’. Pero ahora os jactáis en vuestras fanfarronerías. Toda esta jactancia es mala. Así que comete pecado todo el que sabe hacer el bien y no lo hace”
St 4.13-17

Estamos ante un texto muy interesante que nos plantea preguntas importantes cuando a nuestra vida y relación con Dios. Según Santiago, muchos de nosotros cristianos hacemos planes cuanto al futuro sin reconocer que tanto el futuro cuanto nuestras propias vidas están en manos de Dios. Hay que observar, sin embargo, que el autor del texto no se refiere a los planes normales que uno pueda hacer, sino que relaciona estrictamente el planear el día de mañana con jactarnos en nuestras fanfarronerías. Lo malo (pecaminoso) son los planes jactanciosos y fanfarrones.
Esta clase de pecado se fundamenta en que uno planea el futuro presumiéndose de ser el dueño de su propia vida, como si todo estuviera bajo nuestro control, sin reconocer humildemente que cada día está determinado y en manos de Dios, como lo leemos en el Sl 139.1-3: “Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun en la distancia me lees el pensamiento. Mis trajines y descansos los conoces; todos mis caminos te son familiares”.
¿Qué es vuestra vida? Esta es la pregunta clave que nos hace Santiago aquí. Y su respuesta no debería sorprendernos: somos como la niebla que aparece y luego se desvanece. Al reconocer nuestra finitud, temporalidad y limitaciones humanas deberíamos reconocer que todos nuestros planes y nuestra vida están bajo la voluntad y el cuidado de Dios. “El hombre propone y Dios dispone. A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos” (Pv 16.1-2).
Conocemos el bien y sabemos que Dios es el supremo bien. Por eso, tenemos la oportunidad y la responsabilidad de vivir bajo la voluntad de Dios cada día de nuestras vidas. Planear nuestra vida es algo normal, pero lo debemos hacer no con la pretensión y el orgullo de que dependemos de nosotros mismos, sino que reconociendo que somos pequeños y que en todo dependemos de Dios, de sus principios y de su voluntad. Sometamos nuestros planes y ensueños a la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.