domingo, 20 de julho de 2008

Visita do Executivo da APMT


Recebemos no domingo, dia 20 de julho, a visita do Rev. Marcos Agripino em nossa igreja. Ele é o Executivo da nossa Agência Presbiteriana de Missões Transculturais. O Rev. Marcos nos trouxe uma edificante mensagem baseada no Salmo 23.1, pode conhecer e interagir com os membros da igreja. Desejamos ao Rev. Marcos um abençoado ministério junto à nossa agência missionária e aos nossos obreiros. Na foto acima vemos o Rev. Marcos no momento da pregação da palavra.

segunda-feira, 14 de julho de 2008

La Justicia de Dios en la Vida Cristiana

“Queridos hijos, que nadie os engañe. El que practica la justicia es justo, así como él es justo. El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio.”

1 Jn 3.7-8a

El tema de practicar o no practicar el pecado (3.6) sigue en abierto y ahora lo veremos de forma un poco más amplia hasta el verso 10. Para el apóstol se trata de un tema muy importante visto que se dedica a escribir para que “nadie nos engañe” cuanto a eso. Para él no practicar y no vivir bajo el pecado debe ocupar nuestro interés y nuestra espiritualidad cristiana.

Al ampliar el tema, el apóstol cambia un poco la terminología: los que practican el pecado y viven alejados por completo de la gracia de Cristo pertenecen al diablo y permanecen en él, puesto que el diablo se caracteriza por vivir en pecado desde siempre.

Los que no practican el pecado (lo que no significa que no sean pecadores sino que han sido alcanzados por el perdón y la gracia de Dios) practican la justicia, puesto que Cristo es justo. No practicar el pecado vincula a los cristianos a la práctica de la justicia. Comprender eso es muy importante, porque la justicia de Dios es el centro de su obra redentora. Aún que como pecadores no seamos justos en nuestra propia naturaleza, Él nos considera plenamente justificado de nuestros pecados y de sus consecuencias eternas visto que ha muerto y resucitado en nuestro lugar y para nuestra salvación.

Siendo así, comprendemos que la justicia es parte importante de la vida cristiana y debe influenciar en nuestras decisiones, comportamientos y relaciones. De esa manera, toda nuestra vida se va conformando positivamente a los principios de la justicia de Dios y, así, anunciamos por nuestra propia vida el evangelio de Cristo y los beneficios de su gracia. ¡Que Dios nos ayude a seguir paso a paso en su justicia!

terça-feira, 8 de julho de 2008

No Practicar el Pecado

“Todo el que permanece en él, no practica el pecado. Todo el que practica el pecado, no lo ha visto ni lo ha conocido”

1 Jn 3.6

El perdón definitivo dado por Cristo es una realidad que ya podemos vivir porque sabemos que Cristo se manifestó para quitar el pecado no teniendo en si mismo pecado alguno (3.5). Sin embargo, esa realidad no nos transforma en personas sin pecados. Seguimos siendo pecadores, pero pecadores alcanzados por la misericordia de Dios, justificados y perdonados de nuestros pecados.

Eso significa que, aun que seamos pecadores, ya no más vivimos bajo las consecuencias eternas del pecado. Si él que nos perdona es el Hijo de Dios, sin pecado en su naturaleza, entonces la eficacia del perdón en nuestras vidas es definitiva y eterna. De ahí que la manera como vive uno hoy debe ser coherente y derivada de la realidad de la gracia, o sea, ya no vivimos buscando el pecado ni bajo su completa esclavitud. Eso es lo que nos enseña el apóstol: el que permanece en Cristo no practica el pecado.

En ese sentido, permanecer en Cristo asume el protagonismo de la espiritualidad cristiana. Este tema ya ha sido mencionado en 2.6: “el que afirma que permanece en él, debe vivir como él vivió”. Así, permanecer en Cristo no es una actitud estática, más bien es dinámico puesto que nos lleva a buscar una nueva vida que se asemeje al propio Jesucristo. Una vida posible de ser vivida cuando la realidad de la gracia y del perdón de Dios se renueva en nosotros cada día.

Por otro lado, insiste el apóstol que los que no han visto ni conocido a Cristo y ni se han abierto a la realidad de su gracia siguen entregados a la práctica del pecado en este momento de sus vidas y bajo sus consecuencias eternas.

El apóstol señaliza dos realidades: la de la vida libre del yugo del pecado que camina con Cristo y la de la vida que todavía se ve esclava de las prácticas y consecuencias eternas del pecado y alejada de los caminos de la gracia. Que podamos a cada día confirmar aun más nuestro acercamiento a Cristo, confesándole nuestros pecados, ampliando nuestro conocimiento de su vida por la meditación en su palabra, compartiendo nuestras vidas con su pueblo y viviendo la fe de forma misionera en la sociedad.

sexta-feira, 4 de julho de 2008

Grandes Desafios !

Temos diante de nós um grande desafio: levar o evangelho de Jesus Cristo à uma população aproximada de 450 milhões de pessoas. Trata-se do povo européu! Um povo que vive ignorando por completo a presença e a ação de Deus. São pessoas que vivem exclusivamente para seus próprios corpos. Pessoas amargas e sós, carentes da graça de Deus.

Temos como alvo ampliar o trabalho das igrejas que já existem, plantar novas igrejas em outras cidades dos países onde já estamos (Portugal, Espanha, Itália, Inglaterra, Escócia, Romênia e Rússia), abrir novos trabalhos nos demais países da Europa.

Para isso, precisamos de muita oração, apoio concreto das nossas igrejas brasileiras e mais obreiros aprovados e bem preparados. Junte-se à nós nessa missão!

quinta-feira, 3 de julho de 2008

Perdón: uma Realidad Definitiva en Cristo

“Pero vosotros sabéis que Jesucristo se manifestó para quitar nuestros pecados. Y él no tiene pecado.

1 Jn 3.5

En el verso anterior el apóstol afirma que el pecado es la transgresión de la ley de Dios que, en resumen, se entiende por el hecho de uno no creer en la persona y obra de Cristo. Ahora, en la secuencia del anterior, Juan nos presenta la nueva realidad traída por Cristo: la del perdón definitivo.

Este hecho de Cristo en primer lugar debe ser visto en contraste con la transgresión de la ley que genera la increencia y la muerte. Por eso empieza con un “pero”, para que podamos situarnos de forma correcta ante el tema del pecado. El “pero” indica dos situaciones: la del pecado y la de perdón, la de increencia y la fe, la de muerte y la de vida. Juan insiste en que los que creen en Cristo ya han pasado de la transgresión al perdón.

Además de eso, el tema de la transgresión y perdón, según el apóstol, ya es plenamente comprendido por cada uno de nosotros. Así afirma que nosotros “sabemos” que Jesús se manifestó para perdonar. La espiritualidad cristiana está basada en lo que sabemos y creemos, o sea, en la fe. Estamos concientemente seguros de la acción de Cristo en nuestro favor y este conocimiento aceptado por la fe es la base de nuestra vida.

Pero ¿Qué es lo que sabemos? Sabemos dos cosas muy significativas y la respuesta nos viene del mismo apóstol: a) sabemos que Cristo se manifestó para quitar nuestros pecados; b) sabemos que Cristo no tiene pecado alguno. El primer conocimiento de fe tiene que ver con la recepción del perdón y de la vida, él quita nuestros pecados, él nos perdona definitivamente. El segundo conocimiento de fe tiene que ver con el fundamento del perdón, o sea, con la persona misma de Jesucristo, él no tiene ningún pecado. De eso implicamos que además de perdonarnos, Cristo nos garantiza con su propia vida y persona sin pecado que el perdón y la vida nos son definitivos e irrevocables.

Eso nos da la seguridad y tranquilidad necesarias para vivir la fe, la espiritualidad y la misión cristina. Así, ¡sigamos firmes el camino del Señor!