sexta-feira, 28 de dezembro de 2007

Estudiando la Palabra de Dios

“Os anunciamos lo que hemos visto y oído, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros. Y nuestra comunión es con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Os escribimos estas cosas para que nuestra alegría sea completa”

1 Jn 1.3-4

Lo que los apóstoles han visto y oído respecto a Jesús, o sea, todas sus experiencias de vivir a diario con Cristo es lo que nos anuncian. Eso significa que recibimos por medio de la Biblia el conjunto de la enseñanza apostólica tal como ha sido revelada por Dios en su Hijo Jesús. De esa manera, al recibir con fe la Palabra de Dios, vivimos en comunión con los propios apóstoles. Formamos con ellos, así, un solo pueblo, el pueblo de Dios.

Es muy importante nuestra identificación con los apóstoles, por medio de las palabras de la Biblia, visto que ellos mantenían una comunión personal con el Cristo terreno. De esa forma, creyendo en la Palabra de Dios e viviendo bajo su guía, mantenemos comunión con el Padre y con su Hijo Jesús. Eso significa que el fundamento para nuestra comunión con Dios y para nuestra propia fe es la Biblia.

La conclusión de Juan es muy clara y sencilla: “para que nuestra alegría sea completa”, o diciéndolo de otra forma, para que la gracia que hemos recibido, los apóstoles y todos los demás a lo largo de la historia humana, sea vivida en plenitud en todos los niveles de la vida.

Tenemos ante nosotros el desafío y la necesidad de una constante búsqueda de la plenitud de la gracia de Dios manifestada en nuestro ser, familia y trabajo renovándonos a diario. Para tanto, es preciso dedicarnos a la lectura y estudio de la Palabra de Dios.

¡Que el mismo Dios nos ayude en esta labor!

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